viernes, 17 de julio de 2009

Yo también puedo


Por: María E.D.

No tienes trabajo o lo perdiste porque aseguran: “no cumples con el perfil”, no dejes que te discriminen por el sólo hecho de ser mujer, reconoce tus capacidades y muy segura di, yo también puedo .

Si te suena familiar, ¡No tengo trabajo!, ¡no entiendo porqué me despidieron a mi y lo contrataron a él!, decides ojear la sección de clasificados en cualquier medio y te das cuenta de que la mayoría de los puestos vacantes incluyen la frase: se busca empleado, trabajador etc. de sexo masculino, las únicas vacantes son para áreas especificas como ventas, docencia, maquila o intendencia, finalmente te preguntas ¿qué voy a hacer?, analiza la situación, talvez fuiste o eres victima de discriminación laboral.

La Organización Internacional del Trabajo (OIT) define este tipo de discriminación como una de las formas tradicionales… las prácticas no sólo se limitan al hostigamiento laboral o sexual, sino también al desempleo, percepción de menores sueldos por trabajo y responsabilidades iguales, se traduce en poca oferta de trabajo y mal remunerada no sólo en México, sino en el mundo.

Por qué limitar laboralmente a la mujer, cuando posee los mismos derechos y libertades que un hombre, garantizados por la Declaración de los Derechos Humanos. Es cierto que esta ley protege al individuo sin importar si uno es hombre o mujer pero en la realidad esto no siempre se respeta.

“No es fácil detectar el problema de la discriminación –distinguir, excluir, restringir derechos y libertades-, ni impulsar acciones que signifiquen un cambio, porque es casi imperceptible cuando en las sociedades contemporáneas se continúa viendo a la mujer con recelos, estigmas y prejuicios”, advierte la Subdirectora General Adjunta de quejas y reclamaciones del Consejo Nacional para Prevenir la Discriminación, CONAPRED. Porque ser mujer es sinónimo de subordinación, inferioridad. No existe el valor de la equidad entre géneros.

Las cifras confirman el hecho, en nuestro país, la población económicamente activa (PEA) suma 42.4 millones de personas, según el II conteo de población del INEGI 2005, de este total sólo el 15.8 millones son mujeres; 65.2% de ellas trabajan de forma subordinada, 22.1% lo hacen por cuenta propia, 2.4% son empleadoras y un 10.3 % no reciben ninguna remuneración.

Es decir, poco más de la mitad de las trabajadoras no ocupan puestos de gran responsabilidad, sólo 28.3% de las mujeres en el mundo ocupan los puestos bien remunerados y de importancia como legisladoras, funcionarias de alto nivel o gerentes. (OIT,2007).

En el sector maquilero mexicano se presentan con mayor frecuencia prácticas discriminatorias como despidos injustificados o atribuidos al incumplimiento del perfil (conjunto de actitudes y capacidades requeridas por el empleador, entre ellas no tener hijos o por lo menos menores de edad, simplemente no ser mujer) o bien, a políticas de contratación y permanencia laboral como las pruebas mensuales de embarazo y VIH, firma de responsivas para evitar embarazos, afortunadamente cada vez menos solicitadas porque no están legalmente permitidas.

Sin embargo, la situación laboral de las obreras y empleadas, en este país es muy difícil sufren de la exclusión y restricción de derechos laborales y de salud como en el caso de Mary una enfermera y madre de dos hijos que se vio obligada a ocultarlos, mintió en su estado civil por miedo a ser despedida de un prestigioso hospital regiomontano, ella al final renunció y ahora vive más tranquila, ejerce su profesión en un centro de salud comunitario y al cuidado de sus pequeños, pero sin un buen sueldo. No se atrevió a denunciar, guardo silencio y limitó sus derechos.

Cuántas mujeres por temor callan y no hacen evidente lo que les ocurre y permiten que el problema continúe. La Lic. Vilma Ramírez., funcionaria del CONAPRED advierte que una solución es “educar no sólo a las afectadas, en este caso a las mujeres y sus familias porque los hijos imitan las actitudes y acciones de los padres, replican los patrones, por eso hay que romper con costumbres para salir del círculo vicioso, para impulsar un cambio social. Pues hacen falta políticas públicas más incluyentes donde los sectores público y privado trabajen en conjunto procurar la equidad”.

Romper el silencio, para poner un alto a los abusos de los agentes discriminadores significa construir una sociedad más tolerante y equitativa. Denuncia al teléfono 01 (55) 52 03 33 55, o al correo electrónico
quejasyr@conapred.org.mx



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